Probablemente estés leyendo esto desde una tumbona de la playa, en una excursión por la montaña, en esa ciudad extranjera de la que ya tienes tachados en un mapa todos los sitios que has visitado o en tu casa del pueblo a la que acudes para respirar aire puro y para desconectar de la rutina, de la contaminación y el bullicio de la ciudad.